Las campañas para persuadir a las empresas de que cambien su comportamiento pueden ser una experiencia rica y poderosa. A diferencia de los gobiernos, pueden ser rápidas, receptivas, y audaces. A menudo, las empresas son muy sensibles a todo lo que podría afectar su reputación pública, lo que le da a usted, como activista, una gran ventaja.
Tuvimos una conversación de verdad fructífera con Emily Hickson, Jefe de Abogacía y Líder Climático en el B Team, quien dio algunos grandes ejemplos de cómo la presión pública puede empujar a las grandes empresas a encontrar formas innovadoras de reducir sus emisiones:
DESTACADO: EQUIPO B Heidelberg Cement reduce las emisiones Heidelberg Cement, por ejemplo, desarrolló un nuevo proceso industrial para hacer clinker (un ladrillo con una superficie vitrificada) a fin de reducir las emisiones en la industria del cemento y compartirlo con el resto de la industria. Vimos lo mismo en la industria del acero. Están produciendo acero sin carbono. Aun así, todavía es caro. Sin embargo, varias empresas de automóviles están empezando a decir, vamos a hacer vehículos eléctricos, pero solo los que usan aluminio y acero hechos con cero emisiones. Entonces, el lado de la demanda, en el frente de la industria, habla con el lado de la oferta y exige estas cosas, lo que va a reducir los costos. Y creo que es un gran avance que se realizó a través de las campañas de cero neto. Los productores de acero y cemento están viendo el lado de la gran demanda diciendo que tenemos que llegar a cero neto. Emily Hickson, Jefa de defensa, El Equipo B
Lo interesante de las campañas corporativas es que, una vez que persuade a una empresa para que haga un cambio, puede usarlo para demostrarle a los demás que el cambio es posible.
Las campañas centradas en la industria bien pueden estar acompañadas por elementos que se centran en la relación oferta-demanda entre empresas y consumidores, y una relación en la que los consumidores presionan a las empresas a producir productos y servicios de forma más sostenible. Asimismo, las empresas están empezando a darse cuenta de que pueden crear valor, lo que significa que pueden hacer más dinero con menos emisiones.
RESUMEN Las empresas no quieren mala prensa. Entonces, nosotros, como consumidores, tenemos un gran poder para exigirles que cambien su forma de ser y construyan los productos que necesitamos de manera sostenible. Los ejemplos que dio Emily son poderosos porque no son temas en los que nosotros, como consumidores, pensamos todos los días (¿quién piensa rutinariamente si el cemento de un edificio se creó con bajas emisiones?). Pero, al encontrar formas de presionar a las empresas para que encuentren formas de crear productos ecológicos, todos podemos vivir vidas más sostenibles.